viernes, 29 de junio de 2007

La diosa del Sol



La bandera japonesa representa el círculo del sol sobre un fondo blanco. Su origen tradicional se remonta a Amaterasu Omikami, que en la mitología japonesa es la diosa del sol, Hi no Mikami, y que es además origen de la familia imperial japonesa. Wakatsuki escribe: "Nuestra bandera nacional, que lleva un sol rojo brillante sobre un fondo blanco como la nieve, simboliza la gran virtud de la diosa Amaterasu. Es un emblema muy puro, cuya hermosa sencillez conviene perfectamente a nuestro país y que debe considerarse como el memorial de los orígenes de nuestro pueblo. Representa la constitución de nuestra patria".


El símbolo del sol se utilizó en la historia japonesa asociada, en principio, a la familia imperial y luego se incorporó a los barcos de guerra. Durante el shogunado Tokugawa siguió usándose en buques mercantes y no fue hasta la Reforma Meiji cuando, hacia 1870 fue usada como bandera nacional.

Nada tiene que ver la bandera del sol naciente, que tiene como uso exclusivamente militar hasta la Segunda Guerra Mundial y actual mente en las Fuerzas de Autodefensa.

Amaterasu (天照) o Amateratsu es la diosa del sol en el sintoismo y la mítica antepasada de la familia imperial de Japón. Su nombre completo es Amaterasu ōmikami (天照大神) y significa diosa gloriosa que brilla en el cielo. Amaterasu fue enviada de joven a conquistar las Altas Llanuras del Cielo pero pronto se tuvo que esconder, pues estaba ofendida ante el comportamiento de su hermano, Susano. Cuando dejo de esconder envió a su nieto a pacificar Jaon y su bisnieto Jimou se convirtio en el primer emperador del Japon. Esta hipotética fundacion de la genealogía imperial japonesa fomento a la idea nacionalista proimperialista producida durante la Restauración Meiji de 1868.
Amaterasu nació de la limpieza de espiritu del ancestral dios Izanagi, el primer hombre que escapó del mundo subterráneo. cuando este se purificaba después de una visita al Infierno. Con ella nacieron Tsuki-yomi, dios de la luna; y Susano, el dios de la tormenta.
Izangi otorgo a Amaterasu los cielos, a Tsuki-Yomi la noche y a Susano el océano. Susano, se creyó engañado, y con su mal comportamiento, provocó la ira de los dioses. Propuso Susano a Amaterasu una competencia de la que resultó ganadora la diosa del sol. Entonces él se enfureció, asustándola y ofendiéndola, por lo que ella se retiró a una cueva en el cielo, tapando la entrada con una gran roca. Desde ese momento el mundo se sumergió en una oscuridad profunda, plagándose el mundo de malos espíritus.

Los demás dioses temiendo que las tinieblas perduraran para siempre organizaron una fiesta en la puerta de la cueva. El ruido exterior atrajo mucho la cuiosidad de Amatersu, quien salió y se encontró con una diosa brillante y llena de luz. Un segundo después se dio cuenta que era su propio reflejo en el espejo.


No hay comentarios: